Arka Dhyana también conocida como Meditación Intuitiva, es un método muy “sutil y efectivo” donde usando su propio tacto y sonido invitas a la consciencia espiritual o la fuerza vital consciente a manifestarse por completo en el cuerpo físico. Cuando esto ocurre, ciertos centros son activados y se convierten en focos de energía, cada uno con su propia sabiduría y su propia conexión con la naturaleza y el universo, todo lo cual cambia nuestra percepción del mundo. Al mismo tiempo, poco a poco, se incrementan las habilidades intuitivas. Nadie te dice cómo ver el mundo o cómo no verlo, ocurre por si mismo. Por lo tanto, no dependes de ningún texto ni de ideas predeterminadas, aunque el significado de muchos textos algunas veces de naturaleza espiritual o religiosa de repente se hace obvio. Es un método que usa tu propio tacto y sonido y está abierto a todo el mundo sin importar su religión, contexto social o sexo.

 

Cuando descendemos de la mente racional al «corazón humilde” empezamos a recuperar nuestra capacidad de sentir y esto nos ayuda a comprender y a estar presentes en nosotros y en relación a otros. En Arka Dhyana empezamos tocando el cuerpo físico y repitiendo un sonido vibratorio, aunque lentamente vamos más allá para conectar con nuestra esencia o el Ser.

Obviamente la forma de ver el mundo y las palabras que escoges dependerán de tu propio contexto social y cultura, pero los estados que atraviesas mientras se rebobina la consciencia en sí misma, son comunes a todos y van mas allá.

Arka Dhyana no sólo tiene que ver con la estimulación y redistribución de la presencia del ‘prana’ o fuerza vital a través del cuerpo físico y la activación de los lugares energéticos, sino también con la conexión de estos sitios físicos con sus lugares correspondientes de una naturaleza cósmica.

 

 

 

“Meditación en el corazón”

En la meditación centrada en el corazón, la mente se transforma como una flecha en búsqueda de su alma gemela,el sol, en el centro del pecho, como un bebé buscando el suave y redondeado pecho de una madre, llena de gracia, como una abeja buscando el exquisito perfume de una flor, cuyo perfume sólo los ángeles pueden ver, como un amante buscando el corazón de su amada, más allá del silencio de la noche, tan vacío y eterno.

Todo esto es Arka Dhyana.